La sociedad H'mong se caracteriza por una gran solidaridad tanto entre los miembros de un mismo linaje como entre los aldeanos. Siempre manifestaron un gran arraigo a su independencia, y su identidad cultural y a su solidaridad familiar. La comunidad aldeana establece los convenios que son respetados y defendidos por sus miembros y cuyas violaciones se castigan severamente. El Budismo, el Confucionismo y el Taoísmo dejaron rastros en las creencias religiosas de los H'mong.
La vivienda H'mong es rudimentaria. Está enteramente construida con materiales de origen vegetal (madera, bambú, paja). No hay ni ventanas, ni chimenea, ni tabique interior. El altar de los antepasados está instalado en el arco o “habitación” central; los dos arcos laterales sirven de cocina y de dormitorio.
Los H'mong confeccionan sus prendas de vestir con cáñamo que tejen ellos mismos y que tiñen de añil. Se distinguen entre ellos por el color de sus trajes y sus peinados. Hay H'mong blancos, negros, verdes, rojos y mezclados. Las mujeres llevan una falda amplia, una pechera sobre la espalda, un delantal cubriendo la falda, un cinturón tejido, una camisa de manga larga amplia, abierta sobre el pecho, y coloridos cubre-pechos.
Las mujeres H'mong se atavían con grandes collares, pulseras y pendientes. Los hombres, a veces van cubiertos con la boina redonda de tejido bordado, llevan pantalones anchos, ajustados a la cintura, y una chaqueta de manga ancha.